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jueves, 29 de octubre de 2020

11 años y metida de lleno en el mundo de la magia

La pitufina ya está dejando de serlo y ya es una señorita de 11 años. Los cumplió en medio de la segunda ola del malditovirus y con la pierna inmovilizada por una lesión en la rodilla, así que casi estaba confinada en casa sin estarlo... Y, pobre, la verdad es que tampoco esperaba grandes planes por su cumpleaños. Es una pena pero a la vez es admirable cómo los niños están llevando todas las restricciones por la pandemia mejor que los adultos.

Sin salir de casa, con la celebración con amigas pendiente hasta quién sabe cuándo, con videollamadas y con solo la familia más cercana. Pero con globos, un par de guirnaldas, regalos, abrazos y un pastel. Y qué menos, con todo lo que no tuvo, que el pastel fuera enteramente a su gusto.

Si el año pasado eligió que los dos pasteles (sí, me tocó hacer dos pasteles) fueran relacionados con Harry Potter, este año, por no repetir pero por no dejar de lado su fijación obsesión amor por la magia y los mundos creados por J.K.Rowling, eligió que en el pastel apareciera un escarbato, uno de los animales fantásticos más graciosos de "Animales fantásticos y dónde encontrarlos".

Aquí el resultado:


Ella quedó encantada. Y sí, el pastel lleva una bufanda de Slytherin. En los 366 días que han pasado entre los dos cumpleaños, ha dejado de considerarse una Gryffindor para autodenominarse Slytherin. No sé qué es lo que debo haber hecho mal...

jueves, 16 de julio de 2020

Pastel de Super Mario de 6 años

Hola, hola, hola, ayer el piratilla cumplió 6 añazos. Y nos merecíamos una fiesta, que han sido meses muy duros (y lo que nos queda todavía) y ha habido muchos cumpleaños que se han quedado sin celebración, así que, ya que las circunstancias lo permiten (y no sabemos si seguirá siendo así), había que celebrar el suyo sí o sí. Aunque fue una celebración adaptada a los tiempos que corren, con muy pocos amiguitos, con parte de la familia, al aire libre, con un juego que permitiera la mayor distancia posible entre los niños (guerra de pistolas de agua, de la que no se cansaron en toda la fiesta), mascarillas y mucho gel hidroalcohólico.

Quizá lo suyo este año hubiera sido comprar un pastel ya hecho, que se supone que tiene más garantías sanitarias, pero el piratilla quería sí o sí que se lo hiciera yo y que fuera de su última obsesión: Super Mario. Así que con mascarilla y lavándome las manos mucho más que lo que acostumbro al cocinar, preparé este pastel:


He de decir que, de entrada, mi señor hijo se enfadó porque no había puesto en 3D un personaje que me pareció lo siguiente a complicadísimo, que una conoce sus limitaciones. Pero luego, al ir añadiendo detalles y personajes le fue gustando cada vez más.

El muñeco de Luigi en un coche es un juguete, no es de fondant, y era una sorpresa para él, no lo había visto hasta que le sacamos el pastel en la fiesta, así que fue el toque perfecto para su pastel y para olvidar el otro personaje que no llegué a hacer...

Por cierto, a tener en cuenta en cumpleaños en la era del coronavirus: no sirve de nada tener mucho cuidado al preparar el pastel si después se sopla la vela sobre él, llenándolo todo de microgotas. Pusimos la vela, le hicimos fotos con el pastel y la vela y después la sacamos, apartamos el pastel, encendimos la vela aguantándola yo (que convivo con el piratilla y sus microgotas) y sopló. Porque la alternativa, soplar con mascarilla, es muy, muy complicado...

martes, 15 de octubre de 2019

La primera década de la pitufina

Pues sí, resulta que el pasado domingo la pitufina, que hace nada era un bebé minúsculo, cumplió 10 años, estando ya convertida en una preadolescente total. Es curioso el tema de la percepción del tiempo, para ella han sido 10 años, con todos sus días, pero para mí han sido los 10 años más cortos que he vivido, como si se me hubieran esfumado de las manos...

Se ha convertido en una niña muy sensible, muy creativa, inteligente, curiosa, cotilla, con mucho nervio, con mucho genio, muy empática, muy leal, intensa para lo bueno y para lo malo. A veces me supera su vena preadolescente, pero no sé qué haría sin ella.

Y bien, como una década no se cumple cada día había que celebrarlo bien. El sábado tuvo celebración con sus amigas y el domingo con la familia, y me dijo que quería DOS pasteles decorados, que el de la fiesta con sus amigas siempre era más sencillo. 
El tema lo tenía claro, que lleva más de dos meses obsesionada con Harry Potter (he creado un monstruo, oigan).

Así que este fin de semana pasado me he sacado el título de "madre entregada", que espero que me dure unos días por lo menos...

El sábado por la mañana, preparé este pastel con un escudo kawaii de Gryffindor. Y por la tarde, nos lo comimos.




Y el domingo por la mañana preparé este otro con Hedwig llevando una carta de admisión a Hogwarts y el mensaje "Waiting for my letter from Hogwarts", porque la pitufina aun no ha cumplido los 11 y aun puede tener esperanzas de que le llegue...



Y por la tarde, nos lo comimos también. Un fin de semana muy light, sí...


Aquí podéis ver la mesa decorada entre las dos, le compré la guirnalda de Happy Birthday de Harry Potter, que me encantó, y unos globos bien grandes con un 10 y preparé snichts doradas con Ferrero Rocher (idea sencillísima pero muy resultona para una decoración mágica). Y ella se vino arriba y puso una varita, un puzzle 3D de una snicht, mini Funkos de Harry Potter, un cartel con el número de preso de Azkaban de Sirius Black y ya tuvo que parar porque no cabía la comida y la bebida...

martes, 17 de septiembre de 2019

Pastel de dinosaurios

Qué penita de blog, lo abandonado que estás, lo poco que te mimo,... y no por falta de cosas que mostrar, sino por falta de tiempo, para variar...

Me fui de vacaciones, volví y en todo este tiempo no he sacado un ratito para enseñar el pastel de dinosaurios que preparé para el cumpleaños del piratilla. ¡Y eso que me siento mega-hiper-super-muy orgullosa de cómo me quedó! 

Sin más preámbulos... ¡¡ta-ta-ta-chán!!


El piratilla, como la gran mayoría de sus amigos (no sé si generalizar y hablar de todos los niños de su edad, que me da a mí que sí...), desde unos meses a esta parte está loco por los dinosaurios y me pidió una fiesta de dinosaurios para sus 5 años. La dinoparty, la llamamos. Compré un montón de globos con forma de dinosaurio, unas máscaras de dinosaurio para regalar a cada niño, hice un llavero personalizado a cada uno con su nombre y un dibujo de un dinosaurio y el broche final fue el pastel. 

El piratilla, que lo ve todo fácil, quería un volcán, un t-rex y un tricerátops y yo no tenía muy claro si lo lograría o me quedaría un churro que solo se arreglaría decorando el pastel con alguno de sus muñecos de dinosaurios, pero me vine arriba y preparé los dos dinosaurios. Aquí ambos endureciéndose, con soporte para que no se les cayera la cabeza.



Y aquí ya colocados sobre el pastel.


Los amiguitos del piratilla FLI-PA-RON cuando sacamos el pastel (el piratilla también pero el día antes en casa) y al momento hubo un coro de gritos "yo quiero el trice", "yo quiero el t-rex", que logré saldar sin peleas.


Y no quedaron ni las migas... con la pena que me dio tener que cortarlo...

miércoles, 24 de octubre de 2018

Y la pitufina ya tiene 9 años

Se me hacen mayores los niños pero yo sigo con más cosas que hacer que tiempo disponible y así vamos, que hace ya once días que la pitufina cumplió 9 años y ni había pasado por aquí...

Este año tampoco le he hecho ninguna camiseta, qué le vamos a hacer, ya es mayor y no las quiere. Pero sigue queriendo que su pastel de cumpleaños lo prepare yo y le gustó tanto que después me hizo una notita de agradecimiento.

Como sigue encantada de la vida con el patinaje, este año también me pidió un pastel relacionado con el tema (el del año pasado, con un patín, lo podéis ver aquí) y ella misma eligió que fuera la silueta de una patinadora haciendo el ancla ("àncora" le llaman ellas, ni idea de si el nombre es castellano es igual o no), que ella también sabe hacer muy bien, yo mejor ni lo pruebo...


El pastel lo hice como cada año, es una receta facilísima de hacer (que ya va bien, con lo que se tarda en decorar con el fondant) y que queda muy rica. Para que quede más altura y así cunda más el pastel, hago dos y los uno con mermelada. Este año le puse mermelada casera, también muy fácil de hacer y muy sana (lavas un par de ciruelas, las troceas, deshuesas un par de dátiles y lo trituras todo, deliciosa y sin azúcar añadido, aunque yo, a falta de dátiles, le puse algo de miel, para que tuviera un poco más de consistencia).



Y unos días después, me tocó preparar otro. Celebrábamos el cumple con sus amigas yendo al teatro y con un picnic después y le pregunté si comprábamos un pastel ya hecho, de chocolate y nata, el típico que hay en todas las fiestas de cumpleaños infantiles y que venden en un supermercado muy famoso o si lo hacía yo. Y lo tuvo claro: lo hacía yo, que está más rico.
Aunque esta vez no había tiempo para tanta decoración con fondant. Hice el pastel como siempre, lo cubrí con chocolate derretido que después endureció y le puse unos cuantos corazones de fondant (y la guerra que hubo para que todos los críos pudieran comer un corazón o parte de él, porque el piratilla se les adelantó y atacó sin piedad...)


martes, 4 de septiembre de 2018

El pastel del tiburón

¡Hola a todos, espero que hayáis pasado unas buenas vacaciones!

A mí me han parecido cortas, como siempre, pero las hemos disfrutado lo máximo que hemos podido.

Antes de irme no os enseñé el pastel de cumpleaños del piratilla, así que aprovecho y lo hago ahora. 
Él este año quería que su fiesta de cumple fuera AZUL. Decoración azul, vasos y platos azules, invitados vestidos de azul e incluso bebida azul. Y el pastel, para estar a la altura, tenía que ser azul también, claro. Para no hacer un pastel azul sin más, le comenté que podríamos ambientarlo en el fondo del mar y, a partir de ahí, yo fui la mano ejecutora pero él fue la cabeza pensante... y dijo que quería un pastel con peces nadando en el fondo del mar y un tiburón que los persiguiera. Y el tiburón tenía que estar comiéndose a uno de los peces.


Así que me limité a cumplir órdenes: pastel azul, en el fondo del mar, con peces nadando y un tiburón que les persigue y que se está comiendo un pez.
Él quedó muy contento. Y a la hora de cortar el pastel hubo varios que pidieron comerse el tiburón...


Aquí os dejo una visión lateral. Siempre me pasa que el corte del fondant por debajo me queda fatal y lo tengo que esconder de alguna manera, ¿os pasa también si es que hacéis pasteles con fondant?
Esta vez le puse fondant del mismo azul, simulando olas, y algunas plantitas acuáticas.


Pues ya habéis visto mi pequeña obra de arte. Lo que se tarda en hacer y lo poco que se tarda en comer...

lunes, 16 de octubre de 2017

Ocho años. Ocho.

El pasado viernes día 13 (viernes 13, sí, y además nació en martes y 13) fue el cumpleaños de la pitufina. Ocho añazos de nada, ella de vida y yo de maternidad. 
Compartía ese día yo en mi Instagram una foto en el hospital, cuando acababa de nacer. Yo he cambiado desde entonces, pero ella está irreconocible: era tan pequeñaja y ahora ya no cabe en mi regazo ni puedo apenas levantarla en brazos.

Este año ya no ha habido camiseta de cumpleaños. Ya es mayor. Pero sí ha querido un pastel personalizado y hasta me ha "ayudado" un poco a prepararlo.
Y como le encanta el patinaje artístico, qué mejor que un patín...

Las rayas negras al lado del patín son su aportación, para demostrar movimiento

Os dejo aquí algunas fotos del proceso. 
Esta vez el bizcocho me quedó bastante bien, no se rompió ni subió más de un lado que de otro, aunque no se por qué quedó como un circunferencia algo hundida en la parte superior, la decoración no la tapa del todo. Algún día lograré el bizcocho perfecto...

Con mermelada de fresa en el centro

El bizcocho es de chocolate, mmm

Aquí en plena faena, con un dibujo que sirve de ayuda


He de admitir que se tarda más en prepararlo que en comerlo. Y que da pena meterle el cuchillo para cortarlo... Pero me encanta el resultado y que me encanta que ella esté tan orgullosa de tener un pastel personalizado.

miércoles, 2 de agosto de 2017

El pastel para la fiesta de los tres años

Hace más de dos semanas de la fiesta de cumpleaños del piratilla y aquí estaba esta foto de su pastel esperando que os la enseñara pero tener tiempo para todo está sobrevalorado, así que una vez más haré mío eso de "nunca es tarde si la dicha es buena"...


Me llevó bastante trabajo pero cada minuto valió la pena porque a él le encantó. De la Patrulla Canina, como no, porque ahora es lo más de lo más para él.

La verdad es que estoy orgullosa de cómo me quedó y mis niños siguen diciendo que mis pasteles son los mejores del mundo, así que hasta que cambien de idea yo me siento la más mejor...

Os dejo ya rapidito, que estoy de vacaciones y estoy aprovechando para ponerme al día con todas las cosas que de normal tengo atrasadas... total, para que en septiembre vuelva a quedar todo atrasado... ;)
¡¡Disfrutad del verano!!

lunes, 26 de junio de 2017

Bisutería dulce

Antes de terminar el curso, la pitufina me pidió que preparara un regalito para su profesora de inglés extraescolar y un detallito apañado y bastante rápido de hacer, pero que a la vez queda muy resultón, es un conjunto de bisutería con alguna miniatura de pastel.
 

Esta vez tocó un bizcocho de chocolate con relleno de fresa y adorno de fresas por encima.

 
Aquí con su bolsita para regalar
 
Ahora hacía bastante tiempo que no sacaba el fimo de su tupper y disfruté ese ratito. A ver si pronto lo saco otra vez, que la pitufina ahora quiere un conjunto para ella, pero tengo solo dos manos, poco tiempo libre y muuuuuchas cosas por hacer...

lunes, 24 de octubre de 2016

Pastel para la fiesta de Los Descendientes

Ya he recuperado las fotos de mi móvil -que no mi móvil, que está en proceso de reparación- y puedo enseñar el pastel que preparé para la fiesta de cumpleaños de la pitufina.
No es que esta vez haya quedado muy satisfecha del resultado, pero hay que asumir que una tiene sus limitaciones...
Los dragones del símbolo de Mal, protagonista de Los Descendientes, son más complicados de lo que en un inicio (cuando ella me lo pidió para su pastel) me pareció. Sudé lo mío para que quedara algo que se pareciera al símbolo de marras... y luego algo debió fallar con el almíbar que hice para pegar el fondant porque me destiñó el fondant negro y lila sobre el fondo blanco. A parte de quedarme el fondant que cubría el pastel algo "ondulante"...

¡Pero estaba bueno!

Y bien, como la pitufina quería que el tema de la fiesta fuera Los Descendientes y había elegido una invitación de cumpleaños con los protagonistas de la película, había querido que su camiseta de cumpleaños fuera con el símbolo de la película y me había pedido el pastel con el símbolo de Mal, preparé algún detalle de decoración relacionado con la película.


Cuatro detallitos tontos para dar algo de ambiente. Pajitas con las imágenes de los protagonistas, un cartel con el nombre de la pitufina también con fotos de los protagonistas y unos carteles con los cuatro símbolos.  Y las canciones de la película que estuvieron sonando como música de fondo para dar ambiente, hasta que les pusimos la "discoteca" donde sonaron las canciones previamente seleccionadas por la pitufina, entre las que encontrábamos las canciones de este verano, del anterior y las que le gustan a ella que no son propiamente canciones del verano. Un mejunje curioso.

Una niña feliz bailando en su cumple

lunes, 25 de julio de 2016

Pastel de Pocoyó y Peppa Pig

Como ya os conté, el gran ídolo del piratilla es Peppa Pig pero hasta hace bien poco era Pocoyó, por eso ya teníamos claro que su pastel de cumpleaños sería de Pocoyó, pero al cambiar nos generó la duda: ¿Pocoyó?, ¿Peppa Pig? Y nada, al final nos decidimos por ambos, y lo mismo para su camiseta de cumpleaños.

Aquí lo tenéis, quedó más bueno...


Esta vez, por cosas de la vida, tuve que preparar el pastel con bastante antelación porque lo celebramos entre semana y a mí no me daba tiempo (es lo que tiene trabajar y tener dos hijos, uno de los cuales no quiere acostarse por las noches...) de prepararlo justo el mismo día o el día antes. Que además estamos en verano, a ver lo que iba a aguantar el pastel y el fondant... Así que los adornos de fondant los preparé el domingo, tres días antes de la fiestecita, y el resto el lunes y el martes por la noche, a las tantas cuando el crío se decidió a dormirse... Así que no podía forrar el pastel de fondant, porque no era algo que pudiera dejar para el último momento, por lo que preparé solo alguna cosa de decoración y decidí cubrir el pastel con ganaché de chocolate blanco. Yo decidí eso, luego hice lo que pude...


Aquí la noche antes, ya de madrugada (en serio, un niño que no quiere ir a dormir y que quiere estar todo el rato pegado a ti limita mucho) con todo preparado para montar el ganaché en un momento al día siguiente por la tarde y tener el pastel preparado a tiempo para la celebración. 

Pero por más que le di, el ganaché no quedó montado.

Aquí tras rato de batir y está exactamente igual que si no lo hubiera batido...

Que yo ya sé que lo suyo es hacerlo con varillas eléctricas pero resulta que no tengo y no tenía tiempo para batirlo con las varillas de tracción humana, así que tiré de batidora eléctrica, que en recetas de ganaché de chocolate blanco que leí por internet ponía que también quedaba bien. Sería a ellos, porque a mí no... y las proporciones de los ingredientes las cumplí, así que si  no es lo de la batidora no sé qué puede ser....

Y por eso quedó el pastel como habéis visto, algo más deslucido de lo previsto inicialmente, pero el ganaché requetebueno, aunque feo de aspecto, así que nada... es lo que hay. Yo le puse amor pero para la repostería se necesita algo más que el amor...

Por cierto, siempre os digo que la parte más pesada del fondant es la de teñirlo... aquí tenéis una muestra. Pero esta vez por lo menos la pitufina me ayudó a ir amasando para igualar el color, así que hicimos el trabajo duro entre las dos...

 Parece que venga de la matanza del cerdo, ¿verdad?

miércoles, 21 de octubre de 2015

Hawai, Bombay, son dos paraísos...

El otro día ya os conté que la pitufina había querido una fiesta hawaiana. Llevaba desde el verano dándole vueltas al rollo hawaiano por una falda hawaiana que le "regaló" su hermano cuando "compró" (el piratilla ni compró nada ni le regaló nada, creo que ni hace falta explicarlo :P ) unos detallitos para regalar a sus compañeros de clase por su cumpleaños.
Pues eso, que tuvo meses para meditar y pedirme un pastel con una hawaiana, una hawaiana en la camiseta de cumpleaños y, ya por último, una fiesta hawaiana. Así, poniendo las cosas fáciles...
 
Aquí tenéis el pastel:
 
 
Con el pastel esta vez estoy muy, muy contenta. Siempre me pasa algo y esta vez... ¡no pasó nada! El bizcocho quedó perfecto, recto, alto, el fondant no se rajó al cubrir el pastel, la piel de la hawaiana no me quedó demasiado naranja... Vamos, genial.
 
Aquí el pastel antes de cubrirlo con el fondant
 
 
Y os dejo un par de montajes de fotos para que veáis la fiesta hawaiana. No tenía yo tiempo ni energías para currarme una decoración como las que se ven en Pinterest por toda la sala donde celebramos la fiesta, que era bastante grande, pero hice algunos detallitos que dieron un toque hawaiano y que fueron suficientes para lo que quería la pitufina.
 
 
 
Las pajitas con flores fueron todo un éxito entre las niñas invitadas. En principio estaban para decorar, pero una de ellas me pidió, toda educada, si podía coger una y al poco rato estaban todas las niñas tomando zumo con una pajita-flor.
 
Pues eso, cuatro detalles de decoración hawaiana, comida, bebida, piscina de bolas, disfraces y discoteca hicieron que la pitufina quedara encantada con su fiesta, tanto que se quejó porque se le había hecho corta...

miércoles, 22 de julio de 2015

Pirate party: pastel

El otro día el piratilla cumplió un año y ya me encargué de contároslo ;)
Ahora os vengo a contar que lo celebramos, por supuesto. Una celebración en casa, con poca gente, pero con su comida, su bebida, su decoración, sus regalos y su pastel. Todo pirata, claro está. Aquí una no se estruja mucho el cerebro y la idea es que al niño le acaben encantando los piratas o los acabe odiando, una de dos.
 
 
Este fue el pastel, con el pirata a juego con la camiseta de cumpleaños y con el cuadrito que le hice para su habitación. Sí, antes de que los más listos digáis que la boca es diferente ya os lo digo yo: es diferente. Es en rojo y con las "marcas de reír mucho" (cito textualmente a la pitufina) por petición de su hermana.
 
Esta vez no se me rompió ni se me rajó la cobertura de fondant, será que voy aprendiendo. Pero siempre tiene que pasar algo... Hice un primer bizcocho que quedó perfecto, le puse una capa de mermelada de fresa (mmmmm), hice un segundo bizcocho y, horror, quedó lleno de cráteres y caído de un lado. A saber qué hice mal... Pero a grandes males, grandes remedios: usé la mermelada de fresa como cemento para rellenar los cráteres y quedaron bien. También la usé para intentar solucionar que el pastel quedara caído por un lado, aquí el resultado no fue tan bueno pero algo hizo... Una vez cubierto con fondant no se notaba tanto...
 

 
 
 
El piratilla no le hizo mucho caso al pastel pero la pitufina dijo que hago los mejores pasteles del mundo, así que comprenderéis que ya me dio igual si el color de la cara del pirata me había quedado demasiado naranja o si el pastel quedaba un poco caído de un lado. Yo-hago-los-mejores-pasteles-del-mundo. Pitufina dixit.
 
Y ya puestos, os dejo una foto del rinconcito pirata, que me gusta cómo quedó, aunque no se ven los globos piratas que compré...
 

 

miércoles, 22 de octubre de 2014

Pastel de hada

¡Que no os había enseñado el pastel de los cinco años de la pitufina!
Como os digo siempre: sé que no es perfecto, así que si seguís leyendo no busquéis maravillas ni perfección, para eso haced una búsqueda rapidita en Google y encontraréis pasteles como para dejaros con la boca abierta. Yo soy muy consciente de mis limitaciones, solo soy una simple aficionada que está convencida de que mis hijos podrían tener pasteles más bonitos, pero no hechos con más cariño. Así que los hago yo, con fondant y con cariño.
 
Este año fue la pitufina la que eligió la temática, que ya tiene una edad como para tenerla en cuenta. Como para no tenerla en cuenta... ¡apañada iba yo si no la tenía en cuenta!
Y como es una gran fan de las hadas (y de los unicornios y de los personajes de fantasía en general, pero sobretodo de las hadas), me pidió un pastel con un hada y hasta me dijo de qué colores tenía que ser...
 
 
 
 
Estoy contenta con el resultado y ella (y sus amiguitas también) quedó ENCANTADA. Pero tiene sus defectos, claro está... Esta vez no se me rompió el fondant al cubrir la tarta, todo un clásico en mí, pero parece que el fondant quedó más fino en un punto y horas después se rajó un poco. En fin, nada grave, porque el pastel triunfó, tanto de aspecto como de sabor. Y sí, yo engordé unos cuantos kilos del orgullo que sentí.
 
 
Aquí el corro de criaturas alrededor del pastel: el del hada y un carrot cake (muy bueno de sabor pero que no consiguió la textura idónea) que hice para no quedar corta. Y me quedé corta, que éramos muchos, para el año que viene habrá que hacer más pasteles...
 

lunes, 11 de noviembre de 2013

Pastel Peppa Pig

El pasado 13 de octubre fue el cuarto cumpleaños de la pitufina y, una vez más, me encargué yo de hacerle su pastel de cumpleaños. Como siempre digo, seguro que hay quien se lo podría hacer más bonito, pero nadie se lo podría hacer con más amor que yo.
Esta vez fui haciendo varias fotos, así podéis ver un poco el proceso.
Hice dos brownies (la receta de brownie al microondas es un éxito seguro y facilísima de hacer) y le puse una capa de ganaché de chocolate blanco encima de uno, para que quedara de relleno de los dos brownies. Chocolate con chocolate, mmmm.
Y después, tras poner el segundo brownie, lo cubrí de más ganaché. Venga, más calorías pa'l cuerpo!
Y luego ya empezó el proceso de decorar el pastel. Primero lo cubrí entero de fondant, que cada vez se me da peor... :S   Creo que tendré que ir a un curso donde única y exclusivamente me enseñen a cubrir pasteles de fondant, si estoy tres horas practicando igual al final aprendo a hacerlo sin incidencias...
Después tocaba teñir el fondant. Lo compré blanco y ya me encargué yo de teñir los colores que necesitaba. De momento tengo solo tres colorantes de gel Wilton (amarillo, rojo y azul) y los voy combinando. Teñir no tiene mayor misterio, solo hay que tener paciencia y amasar hasta que el color quede homogéneo, sin que haga aguas.

Y cuando ya tenía todo el fondant teñido me puse a decorar. Este año tocó, como no, dedicar el pastel a Peppa Pig, que ya sabéis que la pitufina es la fan número uno de Peppa Pig.

Y así es cómo quedó. Yo estoy muy contenta con el resultado y a la pitufina le encantó. ¡Y estaba buenísimo!


¿Qué os parece?
¿Y vosotros, hacéis los pasteles o los compráis hechos? ¿Habéis preparado cosillas con fondant alguna vez?