Hace un tiempo os contaba que la Navidad pasada (madre mía, ha pasado ya casi un año) participé en un amigo invisible con unas compañeras artesanas y que el regalo que preparé con todo mi cariño y dedicando tiempo llegó en un estado lamentable (lo podéis ver aquí).
Me dio rabia, para qué lo voy a negar, pero tenía claro que no era culpa de la chica destinataria del regalo. Yo había perdido tiempo y dinero con ese paquete que llegó destrozado, pero ella seguía mereciendo recibir un regalo... Eso sí, pensé en algo que ni usándolo como balón de futbol se fuera a romper, que con una vez ya habíamos tenido suficiente...
Así que le preparé este neceser de trapillo y, para darle un toque diferente a otros que he hecho, le puse dos botones como cierre, uno en cada lado, en vez de uno central.
Aquí os dejo una vista más en detalle, porque este trapillo me encanta, hace un dibujo muy bonito.
Entre una cosa y otra, el regalo se demoró pero por fin su destinataria lo recibió, sin más incidentes, y quedó contenta con él, que era lo que me preocupaba.
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