lunes, 25 de julio de 2016

Pastel de Pocoyó y Peppa Pig

Como ya os conté, el gran ídolo del piratilla es Peppa Pig pero hasta hace bien poco era Pocoyó, por eso ya teníamos claro que su pastel de cumpleaños sería de Pocoyó, pero al cambiar nos generó la duda: ¿Pocoyó?, ¿Peppa Pig? Y nada, al final nos decidimos por ambos, y lo mismo para su camiseta de cumpleaños.

Aquí lo tenéis, quedó más bueno...


Esta vez, por cosas de la vida, tuve que preparar el pastel con bastante antelación porque lo celebramos entre semana y a mí no me daba tiempo (es lo que tiene trabajar y tener dos hijos, uno de los cuales no quiere acostarse por las noches...) de prepararlo justo el mismo día o el día antes. Que además estamos en verano, a ver lo que iba a aguantar el pastel y el fondant... Así que los adornos de fondant los preparé el domingo, tres días antes de la fiestecita, y el resto el lunes y el martes por la noche, a las tantas cuando el crío se decidió a dormirse... Así que no podía forrar el pastel de fondant, porque no era algo que pudiera dejar para el último momento, por lo que preparé solo alguna cosa de decoración y decidí cubrir el pastel con ganaché de chocolate blanco. Yo decidí eso, luego hice lo que pude...


Aquí la noche antes, ya de madrugada (en serio, un niño que no quiere ir a dormir y que quiere estar todo el rato pegado a ti limita mucho) con todo preparado para montar el ganaché en un momento al día siguiente por la tarde y tener el pastel preparado a tiempo para la celebración. 

Pero por más que le di, el ganaché no quedó montado.

Aquí tras rato de batir y está exactamente igual que si no lo hubiera batido...

Que yo ya sé que lo suyo es hacerlo con varillas eléctricas pero resulta que no tengo y no tenía tiempo para batirlo con las varillas de tracción humana, así que tiré de batidora eléctrica, que en recetas de ganaché de chocolate blanco que leí por internet ponía que también quedaba bien. Sería a ellos, porque a mí no... y las proporciones de los ingredientes las cumplí, así que si  no es lo de la batidora no sé qué puede ser....

Y por eso quedó el pastel como habéis visto, algo más deslucido de lo previsto inicialmente, pero el ganaché requetebueno, aunque feo de aspecto, así que nada... es lo que hay. Yo le puse amor pero para la repostería se necesita algo más que el amor...

Por cierto, siempre os digo que la parte más pesada del fondant es la de teñirlo... aquí tenéis una muestra. Pero esta vez por lo menos la pitufina me ayudó a ir amasando para igualar el color, así que hicimos el trabajo duro entre las dos...

 Parece que venga de la matanza del cerdo, ¿verdad?

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