Y de su regalo os quiero hablar: un pastel esponjoso y suave.
La verdad es que yo soy un poco picajosa y la madre de Núria, hace unas semanas, puso en Facebook una foto de un pastel de pañales que le habían regalado y añadió un comentario dirigido a mí diciendo que se me habían adelantado. Sí, era previsible que le regalara un pastel de pañales porque es lo que llevo regalando en el último año a los recién nacidos ya que son bonitos y tremendamente útiles, pero claro, ya he confesado que soy picajosa, así que mi respuesta mental fue "Así que esas tenemos... pues te quedas sin pastel de pañales". Y decidí regalarle algo bonito, original, con mi toque y, por supuesto, que no se esperara.
Y la inspiración definitiva vino de la mano de un correo de mi padre, que me mandó unas fotos de un escaparate que vieron un día de paseo él y mi madre. Eran pasteles hechos con toallas, pero no pondré las fotos que me inspiraron porque las comparaciones son odiosas (en este caso para mí).
Así que le preparé un pastel. Los ingredientes son una toalla, un babero, una mantita (o doudou) y fresas para decorar.
Elegí un poncho-toalla. La idea inicial era comprar la típica toalla de bebé pero la mujer de la tienda me convenció para elegir el poncho, ahora si quieren ya lo pueden usar como toalla normal y más adelante usarlo como poncho (se lo probé a la pitufina, con sus 28 meses y 85cm y le va incluso largo, así que tienen regalo para tiempo).
El babero lo compré liso y cosí las letras del nombre de la pequeña. Lo elegí para cuando fuera más mayorcita, que ya sabemos lo que suele pasar, para los primeros meses te regalan un montón de cosas, demasiadas incluso, que luego apenas ni las puedes usar de tantas que tienes, y para cuando es más mayor ya no te queda ningún regalo.
Y, por último, un juguetito muy especial que han hecho a mano las chicas del blog de artesanía Mans i Moments. Ellas le llaman "blanquet" y viene a ser una mantita o doudou lleno de cintas de distintos colores, texturas y tamaños. Todos los padres y madres podrán corroborar que llega un momento en que los peques sienten fascinación por las etiquetas, cintas y lazos y con un juguetito así pueden pasar horas entretenidos.
Y una vez mezclados los ingredientes, horneado, presentación, fresas, lazos... et voilà... ¡¡un pastel esponjoso para Núria!!
¡Muy buena la idea, y el resultado! Hay que ir reinventando, y además este es un regalo que con los “ingredientes del pastel” apropiados a cada edad, puede ser perfecto para cualquier adolescente, señora, abuela....abuelo.
ResponderEliminarPon mas fotos, en esta no acaban de verse bien los detalles.
Molt bé, guapa! Tens aquí una bona idea per nous regals per tothom, i potser el transports d’aquests pastissos no es tan delicat com el de bolquers.
Ara vigila, no tinguis problemes per plagiar aparadors!!