Dándole vueltas al tema y buscando por internet, vimos la posibilidad de usar jumping clay (no sé qué otro nombre tiene, lo venden en bazares chinos también, es como plastilina que se seca al aire y queda blanda y flexible) y el resultado fue una maravilla.
Es un material muy rápido de trabajar, es limpio, se seca bien, no hay que hornear y el resultado es una varita resistente, ligera y que sirve para jugar, que no se rompe con solo tocarla.
Dentro hay un palillo de madera, de los de comida oriental. Simplemente se trata de forrarlo con el jumping clay, poniendo la cantidad justa para que no quede demasiado suelto y después ponerle las decoraciones que se quiera.
Las hicimos todas del mismo color pero con formas diferentes y las decoramos con pintura con purpurina de diferentes colores (plateada, dorada y rosada).
Aquí fotos de cada varita con más detalle. Entre las amigas de la pitufina triunfaron.
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