La pitufina este año quiso ir de ratoncito. Ella siempre tiene ideas bastante originales, la verdad.
Mi primera intención fue hacerle una falda de tul en gris, ya que es fácil y queda muy chula, con volumen y muy festiva. Pero cuando fui a comprar la tela me dijo la señora de la tienda que no tenía tul gris ni lo tendría, ya que su proveedor no lo trabajaba. Podría haber mirado en otros sitios pero me pudo la comodidad y aconsejada por la dueña de la tienda me quedé con una tela brillante, de lo que llaman raso de carnaval, y le hice una falda tipo donut, que no tiene costuras (se hace una circunferencia y otra más pequeña dentro, que es la cintura, en la que se cose una goma) y queda con mucho vuelo. A la falda le cosí una cola gris que ya teníamos.
Aunque no era la idea originaria, a la pitufina le gustó.
También quería comprar una camiseta gris claro y coserle la barriguita rosa pero en vista de que no encontrábamos el color exacto que queríamos, opté por usar una sudadera que ya tenía, pero como no quería tener que coser el fieltro para descoserlo después lo que hice fue coser unos imperdibles a la aplicación de fieltro y engancharla así a la sudadera.
Y, por último, lo que más dolores de cabeza me supuso... las orejas. La verdad es que quedaron bastante cutrecillas y ya se veía que muchos trotes no iban a resistir pero cuando ella las vio acabadas y se las puso se le iluminó la cara y dijo que le encantaban, así que me di por satisfecha.
Además, compré unas medias de color gris clarito.
Y aquí tenéis a la pitufina disfrazada. Soy muy consciente de que no es mi disfraz más lucido y de que es el que más me ha costado -esas malditas orejas...- pero a ella le gustó mucho y lo llevó contenta, que es de lo que se trata.
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