Rosas con billetes

No sé qué pensáis vosotros, pero yo opino que el mejor regalo que se puede hacer en una boda es dinero, salvo que los novios hayan hecho lista de boda, que no sé si es algo que ya ha caído en desuso o si es simplemente casualidad, pero en ninguna de las bodas a las que he ido hasta la fecha ha habido lista de boda...  Retomando lo que decía, para mí el mejor regalo es dar dinero. Parto de la base de que hoy en día muchas parejas se casan después de convivir durante un tiempo, con lo que ya tienen su pisito montado y todo, o gran parte, de su ajuar. Y parto también de la base de que una boda es cara, supone muchos gastos, y puede dejar a la pareja con un presupuesto más limitado para el viaje de novios. Y a mí me encanta viajar. Así que yo en las bodas regalo dinero, porque es como contribuir a pagar el billete de avión, o la cena súper romántica de alguno de los días del viaje.

 

Ahora bien, regalar dinero no tiene porqué ser algo tan soso como hacer una transferencia. Que me parece muy bien quien quiera hacerlo así, pero a mí me gusta más currármelo, entregar el dinero de forma divertida (normalmente para quien regala el dinero y no tanto para los novios...), simpática, alusiva a alguna anécdota con los novios, lo que sea.

 

Y esta es la forma más bonita de regalar dinero que he encontrado hasta la fecha:

 

 

Ayer se casó mi prima y ese ramo fue nuestro regalo. Son rosas hechas con billetes. En YouTube encontraréis tutoriales de cómo hacerlas, son muy fáciles de hacer. Y en cada rosa puedes poner más o menos billetes, dependiendo de cómo quieres que se vean tus rosas. Luego ya cada uno las adorna como quiere, puedes poner hojas de plástico en el alambre y poner florecitas de esas blancas pequeñas que se usan para rellenar ramos. Poner las rosas de billetes sin más. O como hice yo, comprar un ramo de plástico, añadirle las rosas y engalanarlo con celofán y un lazo.

Nota: un alambre de 1,1mm es demasiado gordo para que las rosas queden más cerradas, como yo las prefiero. Para la próxima vez, buscaré un alambre más fino.

 

Detalle de una rosa. Recubrí el alambre con cinta aislante verde, para que pareciera el tallo.

 

Grupo de rosas.

 

Aquí se ve el celofán y el lazo que añadí al ramo.

 

He de decir que ayer gustaron mucho mis rosas y eso que yo misma había creado mucha expectación diciendo que estaba preparando algo muy bonito para regalar el dinero. La pena es que ya han desmontado el ramo y pretenden gastarse el dinero, con lo bonito que hubiera sido que se hubiera quedado el ramo forever and ever, que estas rosas no se marchitan aunque no las pongas en un jarrón...