Me regalaron una camiseta de embarazada e iba a coser en ella la aplicación de Bebé a bordo que os enseñé aquí pero el día que la estrené, sin haber cosido la aplicación, la manché. Y qué mancha. Trayecto de tren de unos 40 minutos, el bolso en mi regazo, se abre no sé cómo una botellita que llevaba dentro, en todo el rato de trayecto tiene tiempo de empapar la piel del bolso -negro- y mancha la camiseta -blanca- dejándola hecha un cristo.
Muchos lavados y un remojo en lejía después quedó así:
Las manchas se fueron bastante pero se seguían viendo y la aplicación no era lo suficientemente grande como para taparlas y, además, hubiera quedado demasiado baja. Pero no voy sobrada de ropa premamá de entretiempo y qué narices, la camiseta estaba nueva, no iba a tirarla. Decidí limonearla con algo, unas cenefas de tela bonita de patchwork, por ejemplo, pero entonces me rompí el brazo y estoy que ya no puedo hacer nada de nada.
¿Nada? Dibujar sí, aunque ir tensando la camiseta con el brazo malo costó lo suyo...
Y así quedó la camiseta...
No es la camiseta más chula que he hecho pero tampoco está mal... y lo mejor es que las manchas no se ven: una está en el culete del bebé, otra en la parte de abajo del saco amniótico y otra tapada con la cenefa de corazones.
La re-estrené ayer viernes y a lo largo del día me fueron haciendo muchos comentarios positivos sobre la camiseta, así que parece que gustó. De hecho, a una de mis compañeras de trabajo le gustó tanto que solo llegar al despacho se mostró entusiasmada y me hizo unas cuantas fotos.
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