Pues sí, resulta que el pasado domingo la pitufina, que hace nada era un bebé minúsculo, cumplió 10 años, estando ya convertida en una preadolescente total. Es curioso el tema de la percepción del tiempo, para ella han sido 10 años, con todos sus días, pero para mí han sido los 10 años más cortos que he vivido, como si se me hubieran esfumado de las manos...
Se ha convertido en una niña muy sensible, muy creativa, inteligente, curiosa, cotilla, con mucho nervio, con mucho genio, muy empática, muy leal, intensa para lo bueno y para lo malo. A veces me supera su vena preadolescente, pero no sé qué haría sin ella.
Y bien, como una década no se cumple cada día había que celebrarlo bien. El sábado tuvo celebración con sus amigas y el domingo con la familia, y me dijo que quería DOS pasteles decorados, que el de la fiesta con sus amigas siempre era más sencillo.
El tema lo tenía claro, que lleva más de dos meses obsesionada con Harry Potter (he creado un monstruo, oigan).
Así que este fin de semana pasado me he sacado el título de "madre entregada", que espero que me dure unos días por lo menos...
El sábado por la mañana, preparé este pastel con un escudo kawaii de Gryffindor. Y por la tarde, nos lo comimos.
Y el domingo por la mañana preparé este otro con Hedwig llevando una carta de admisión a Hogwarts y el mensaje "Waiting for my letter from Hogwarts", porque la pitufina aun no ha cumplido los 11 y aun puede tener esperanzas de que le llegue...
Y por la tarde, nos lo comimos también. Un fin de semana muy light, sí...
Aquí podéis ver la mesa decorada entre las dos, le compré la guirnalda de Happy Birthday de Harry Potter, que me encantó, y unos globos bien grandes con un 10 y preparé snichts doradas con Ferrero Rocher (idea sencillísima pero muy resultona para una decoración mágica). Y ella se vino arriba y puso una varita, un puzzle 3D de una snicht, mini Funkos de Harry Potter, un cartel con el número de preso de Azkaban de Sirius Black y ya tuvo que parar porque no cabía la comida y la bebida...