Y otra vez ha llegado Carnaval, una de las fiestas más divertidas para los niños. ¡Y para los no tan niños!
Y este año la pitufina ha querido ir de princesa. Si es que no se puede luchar contra la programación genética de las niñas de cinco años... pero princesas hay muchas y el limonero le dijo que Pocahontas también era una princesa y que seguro que en su cole no habría más niñas vestidas de princesa india... y coló. Así que eligió ir de PRINCESA INDIA (la monarquía que no falte...).
El disfraz lo hice yo con fieltro, plumas y una diadema. No tiene mayor dificultad que encontrar el tiempo para prepararlo, algo que ya sabéis que últimamente me cuesta mucho...
Pero claro, es un disfraz de princesa así que tenía que brillar y la pitufina me pidió que le cosiera "diamantes" pero yo no lo veía claro (aix, qué combinación), así que compré lentejuelas marrones y cosí unas cuantas en el vestido y en la cinta de la cabeza. A ella le gustó el apaño, tanto que el viernes por la noche, y para poder usar de nuevo el disfraz el sábado, le tuve que coser nuevas lentejuelas porque algunas las había quitado para regalarlas a sus amigas...
Tenía también la intención de hacer yo el disfraz del piratilla pero le regalaron un disfraz por su santo, así que no hizo falta, lo que me fue bien porque no sé de dónde hubiera sacado el tiempo... A ver si el año que viene ya voy más sobrada de tiempo. O a ver si empiezo en agosto a preparar los disfraces...
Por cierto, que cada año os comento el desfile de Carnaval del cole. Este año entre los niños no había un claro ganador pero entre las niñas era indiscutible: Reina Elsa de Arendelle. Se nota que el año pasado el disfraz de Elsa se agotó y se vieron pocos, este año había mínimo tres o cuatro Elsas por clase. Y lo mejor, casi todos los vestidos de Elsa eran diferentes.
Y volviendo al piratilla y a lo de "disfrazarse", mi madre le ha hecho un babero genial. Lo ha hecho todo ella, no es que haya comprado un babero y lo haya decorado, eh.
Eso es un bebé elegante y lo demás son tonterías. Hasta da pena usarlo y que se manche, ¡¡con este babero está prohibido comer fruta!! Y lástima de no tener ninguna boda a la vista, unos pantalones, una camiseta lisa, el babero y ya tenemos al pirata de etiqueta para la ocasión.